*Lo que sigue a continuación es un texto realizado por Purna que contiene las principales consideraciones estratégicas y fundamentos ideológicos que deseamos transmitir al encuentro del nacionalismo aragonés que se celebrará este fin de semana y que ha sido convocado por el Coleutibo Nazionalista Aragonés de Cuchas. Puedes leer este texto en aragonés pinchando aquí.
Al congreso del nacionalismo aragonés reunido los días cuatro y cinco de febrero del 2012 en Murillo de Gállego y convocado por el Coleutibo Nazionalista Aragonés de Cuchas, nos gustaría desde la organización Purna A Chovenalla Revolucionaria y Independentista, comunicar, de acuerdo a las pretensiones expresadas por los organizadores, lo siguiente:
– Que sentimos el no participar físicamente de este encuentro en el que, aun cuando no hemos sido formalmente invitados como organización de la juventud independentista aragonesa, deseamos colaborar aportando nuestra visión táctica y estratégica para lo que se ha denominado como «nacionalismo de izquierdas».
– Que entendemos que las pretensiones de todo «nacionalista de izquierdas» no pueden ser sino el conseguir la autodeterminación y la soberanía para Aragón como ente nacional con identidad propia y definida, y para el pueblo aragonés como expresión social vivida de la emancipación de clase. Ahora bien, la soberanía y la autodeterminación no dejan de ser nada más que conceptos jurídicos abstractos, que creemos que en ningún caso pueden definir la acción de un movimiento político.
– Que consideramos que en ningún caso podemos reducir nuestra lucha a un anhelo jurisdiccional como el que representa el derecho por la autodeterminación o el darse efectivo de la soberanía; que lo que el pueblo aragonés desea ser no es, en la actualidad, consecuencia de su propia autoconsciencia como nacionalidad sino que viene marcado por una alienación, esto es, por la influencia que el discurso españolista tiene sobre nuestra conciencia subjetiva como pueblo; y que, en consecuencia, la necesidad política no se circunscribe al derecho de soberanía sino que encuentra su mayor reto en lograr la consciencia de sí mismo del pueblo aragonés, en desplazar la potencia simbólica del nacionalismo español y en conseguir que Aragón pueda autoafirmarse como pueblo nacional sin injerencia externa.
– En consecuencia con lo anterior entendemos que la mejor táctica posible, la única opción viable, para conseguir el pleno autodesarrollo en conciencia y materialidad del pueblo aragonés, es apostar por la independencia. En ningún caso, por el contrario, creemos que haya de optarse por una independencia dentro del marco capitalista sino que este objetivo ha de estar siempre subsumido bajo el proyecto de construcción de un sistema económico socialista que prime las relaciones de solidaridad internacionalista entre los diferentes pueblos y en el que la clase obrera y la humanidad en su conjunto puedan alcanzar su plenitud.
– Que hasta ahora ha existido un movimiento político dedicado a la creación de esta subjetividad nacional de nuestro pueblo, el «aragonesismo» de izquierdas, que hoy se presenta en este encuentro como «nacionalista». En cualquier caso, el aragonesismo (y todo lo «aragonesista») es una forma, pensamos, desfasada, de autoconciencia nacional, el estadio pueril o ligth de un movimiento político más avanzado que ha de surgir. Así, el aragonesismo no ha dejado de ser nada más que un regionalismo encubierto, la actitud cobarde de quien tiene miedo de decir lo que realmente desea; la independencia. En consecuencia rechazamos toda fórmula pretendidamente «aragonesista» como obsoleta y regionalista que en este momento histórico no hace sino entorpecer la creación de la conciencia nacional aragonesa.
– Del mismo modo entendemos que la denominación de «nacionalista» es una expresión que no aporta nada desde el punto de vista político a este movimiento. El independentismo recoge en su seno y presupone todas las aspiraciones identitarias del nacionalismo, librándolo a su vez de contenido mitológico y de irracionalidad. Con la formulación «de izquierdas» ocurre algo similar, es una forma demasiado trillada que poco o nada puede aportar a nuestros planteamientos políticos. Un independentismo consecuente no es, en el fondo, de izquierdas sino que supera con creces esta adjetivación. Si lo que se desea es un sistema socialista y el internacionalismo entre todos los pueblos podemos ver claramente como el adjetivo izquierda queda desbancado. Así, entendemos, la postura correcta es la de «independentistas y socialistas» como expresión no de una izquierda abstracta sino de los de abajo, de la clase obrera en pugna por acabar con la explotación humana.
– Entendemos, dada nuestra inclinación por la independencia, que toda forma de federalismo es en último término una forma de traición al pueblo aragonés. Aceptar la federalidad con el resto de pueblos de la península ibérica es aceptar de uno u otro modo una idea abstracta de España que no estamos dispuestos a tolerar. España no es más que un discurso histórico de la clase dominante para justificar su imperialismo y su dominación estructural, por ello el federalismo es, en el fondo, una construcción cuyo sustrato último es el nacionalismo español. Aunque una fase de España federalista pueda ser tomada como un paso estratégico deseable en la consecución de la independencia, reivindicarla es tirar piedras sobre nuestro propio tejado. Nuestra aspiración ha de ser siempre la independencia y para lograrla podremos aceptar diferentes estadios pero jamás perder de vista el objetivo de nuestro discurso. Otra concepción acerca del federalismo, entendemos, es una forma más de expresión del españolismo.
– En consecuencia con todo lo anterior queremos expresar que la mejor estrategia política para este «nacionalismo de izquierdas» ha de ser el encuadramiento de todos los que se consideren dentro de esta corriente en las organizaciones políticas independentistas existentes. Entendemos que el movimiento político independentista ya está dando los pasos estratégicos adecuados y que, por ello, lo necesario ahora es que todos los que albergan dudas o pertenecen a este «nacionalismo descafeinado» sumen fuerzas en torno al Bloque Independentista de Cuchas y las organizaciones que lo componen. Seguir otro camino es, en definitiva, volver sobre fórmulas obsoletas que reproducen comportamientos políticos inaceptables.
– Siguiendo la naturaleza revolucionaria de las organizaciones independentistas que existen actualmente, entendemos que todo el «nacionalismo de izquierdas» que se reúne en este congreso ha de dar un viraje hacia la radicalidad política e ideológica. Dado que el independentismo es la superación tanto práctica como teórica de todo aragonesismo o nacionalismo, es necesario que se recupere la aspiración abiertamente revolucionaria abandonando todo interés reformista. El izquierdismo es, en definitiva, una estrategia reformista con la que no estamos dispuestos a colaborar por lo que nuestra propuesta es que los objetivos revolucionarios primen sobre cualquier otra forma de interpretación moderada del socialismo. Así, la socialdemocracia no puede constituir ni siquiera una opción a considerar, es algo a superar y a destruir.
– En consonancia con nuestras propias líneas ideológicas entendemos que la estrategia política de este «nacionalismo de izquierdas» debe incluir: las luchas por la igualdad de la mujer, por su emancipación y la destrucción definitiva del patriarcado; también las luchas por la liberación sexual, no sólo desde el punto de vista jurídico sino desde la transformación radical de las concepciones sociales y culturales. En definitiva, incluir la propuesta del feminismo político como actividad estratégica clave para la desaparición de la dominación del orden social existente. Del mismo modo es imprescindible reivindicar el ecologismo como actividad práctica necesaria para la conservación del medio tanto aragonés como global. Poniendo especial énfasis en las luchas que se llevan a cabo en nuestro territorio y que afectan de manera especialmente sensible a nuestro pueblo, como son, por ejemplo, la amenaza transvasista o la construcción de pantanos.
– En materia lingüística apostamos por el trilingüismo. Creemos que una actitud estratégica clave es la aceptación sin prejuicios o complejos del catalán hablado en Aragón, desmintiendo las despreciables mentiras del regionalismo aragonés que no son sino la expresión sectorial del nacionalismo español. Nuestra actividad debe ir hacia la reintroducción del aragonés en la totalidad de nuestro territorio, no hacia la desaparición del castellano sino por la reexpansión del aragonés en toda la sociedad aragonesa.
– Acerca de la cuestión territorial consideramos necesario reclamar como aragonesa la denominada «Franja Oriental» pero sin caer en la puerilidad del nacionalismo irracional. La virtud democrática ha de prevalecer ante todo y en consecuencia han de ser los habitantes los que decidan qué es lo que son. Además, es necesario apostar por un Aragón comunal, no dividido en las actuales comarcas, sino en territorialidades históricas y económicas como forma de desarrollo de nuestro pueblo.
– Por otro lado consideramos necesario el apoyo explícito de este «nacionalismo de izquierdas» al independentismo vasco, en concreto ala Izquierda Abertzaley su lucha por la independencia por resultar en la actualidad la referencia política, ideológica y estratégica más avanzada del conjunto del Estado Español, y por encontrarse en un proceso político histórico para el desarrollo y la independencia de ese pueblo. Apoyar hoy el proceso político hacia la independencia y el socialismo que está llevando a cabola Izquieda Abertzalees abrir camino hacia una verdadera transformación y cambio sociopolítico no solamente del pueblo vasco sino del conjunto de pueblos oprimidos del resto del Estado, entre los que se encuentra el pueblo aragonés. Éste ha de ser un apoyo sereno y sin complejos, que no se acongoje bajo la subjetividad españolista imperante en nuestro país.
En definitiva, estas son las consideraciones que desde Purna, la organización de la juventud independentista y revolucionaria aragonesa, queremos hacer con motivo de este encuentro del citado «nacionalismo de izquierdas». Dado que no hemos asistido físicamente entenderíamos que no se tuvieran en cuenta nuestras propuestas pero no podemos dejar pasar la ocasión de instar a todos a participar de la opción política y la estrategia que entendemos más coherente.
Zaragoza, a 3 de febrero de 2012
Purna, A Chovenalla Revolucionaria y Independentista
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